Universidad Católica. El cónsul honorario de Ucrania en la Comunitat Valenciana, Pablo Gil, ha trasladado esta afirmación en el contexto de las conferencias organizadas por el Instituto de Estudios Europeos pronunciada ante más de 100 alumnos de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Valencia.
La conferencia, impartida bajo el título “Ucrania; Violación de la Soberanía y el Estado de Derecho”, ha contado con la presencia, entre otros de Nuria Martínez Sanchís, Decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas, Rafael Ripoll, Director del Instituto de Estudios Europeos de la UCV y Cónsul de Suecia, Ramón Sentís, cónsul honorario de Polonia, Hilario Teruel, cónsul de Burkina Faso, Carlos Flores, cónsul de Macedonia del Norte y José María Tomás y Tío, presidente de la Fundación por la Justicia.
En el contexto de su intervención y tras un minucioso repaso histórico a las relaciones entre países en la zona de guerra, Pablo Gil, cónsul honorario de Ucrania en Valencia, ha señalado la conveniencia de establecer cupos de refugiados que permitan, tras el momento inicial, organizar recursos, normalizando situaciones como el transporte, la educación, los servicios sociales o la sanidad, permitiendo además, una vez conocidas estas necesidades, aligerar el trabajo y la atención en países como Polonia que en la actualidad soporta una importante presión migratoria.
En este mismo sentido, Pablo Gil, ha señalado, ante el numeroso público asistente, la importancia que alcanza conocer de que modo, Rusia ha ido preparando el escenario en el que se ha producido esta invasión, señalando como se ha desplegado en lo que se ha dado en llamar “guerra híbrida”; un concepto ya utilizado en el pasado y caracterizado por una acción previa de desestabilización política en democracias occidentales, utilizando la propaganda y la mentira como armas con las que construir una “verdad” que justifica, desde el punto de vista del dictador, la actual invasión de Ucrania.
Para Pablo Gil, este conflicto, traspasa fronteras y ha adquirido especial relevancia, no sólo no sólo por la proximidad y el drama humano que representa, sino también por haberse convertido en un enfrentamiento abierto entre democracias y autocracias, algo frente a lo que la sociedad occidental debe ser capa de responder desde la unidad.
Para este consulado honorario, participar en este tipo de actividades supone un objetivo esencial, ya que permite desmontar, en distintos entornos, las mentiras con las que Rusia ha tratado de justificar la invasión de Ucrania.